Gigantes de Estella

Un lavado de cara muy necesario

Nueva policromía de las cabezas de los gigantes de Estella. La pareja de reyes blancos compuesta por Juan de Labrit y Blanca de Navarra y la pareja de reyes moros (las réplicas de 1988) lucen una nueva policromía que se acerca mucho más a los estándares estéticos actuales. De esta manera, la comparsa del 88, que nació con la idea de recuperar el aspecto original de los gigantes de 1905, vuelve a una policromía más adecuada y similar a la de las primeras capas de pintura.

 

Además, se ha aprovechado para sustituir las coronas de latón del rey y de la reina, fieles réplicas de las anteriores, puesto que se encontraban muy deterioradas y las dos pelucas de las reinas.

 

Una vez más, tenemos que agradecer la confianza prestada por parte de la Comparsa de Gigantes de Estella, y especialmente, a las chicas y a los chicos más jóvenes de la comparsa y, una vez más, a Iñaki Azcona, que ha encabezado el proyecto en todo momento.

 

Esperamos que el resultado sea de vuestro agrado.

 

Este trabajo se pudo ver en las calles el día 25 de Mayo de 2024, coincidiendo con las fiestas del Puy de Estella.

 

Un poco de historia...

Los actuales gigantes de Estella (los originales) fueron realizados en 1905 por el zaragozano Bartolomé Domingo, maestro pintor del hospicio provincial. Pese a la controversia que se generó respecto a los personajes, finalmente, se decidió realizar una pareja de gigantes de raza blanca y que representarían a dos monarcas navarros. La segunda pareja, en cambio, representa a una pareja compuesta por un rey moro y una reina de raza negra. Además de los cuatro gigantes, fueron realizados cuatro grandes cabezudos que acompañarían a los nuevos gigantes. Estos últimos representarían a los conocidos Tuerto, Boticario, Verrugon y Robaculeros, personajes muy populares en la Comparsa de Zaragoza. 

 

En 1947 los hermanos valencianos La Porta serían los encargados de sustituir los viejos caballicos chepes, que habrían sobrevivido de la primitiva comparsa, por unos de nueva creación. Por otra parte, y no habiendo demasiados datos documentados, cabe pensar que también crearían los cabezudos pequeños los cuales forman una pareja de aragoneses y una pareja de vascos, más conocidos como "abuelos chochos". Además, fueron los creadores de Andrés y María Puy, los dos gigantes que hacen referencia al popular baile de La Era de Estella y que adquieren el nombre de los dos patrones de la ciudad. No obstante, esta última pareja poco duraría en las calles. En primer lugar, por cuestiones prácticas, ya que sus brazos al vuelo dificultaban la estabilidad del gigante en las calles estrechas de Estella. En segundo lugar, sin lugar a dudas, en cuestiones estéticas por el régimen político del momento.

Los cuatro gigantes continuaron sus danzas por las calles durante décadas hasta que en 1986 los gaiteros Salvador Martínez y Juan Carlos Duñabeitia prepararon un informe en el que se ponía de manifiesto el lamentable estado del conjunto de la comparsa y se proponía crear una nueva, réplica fiel a la precedente. La propuesta resultó ser acogida favorablemente por la corporación municipal y en Mayo de 1987 se aprobó la construcción de la dicha comparsa.

 

Blas Subiza fue el encargado de replicar las quince figuras que formaban la asociación, pero esta vez, siendo fabricadas en fibra de vidrio. Se procedió a vestirlas escrupulosamente siguiendo el inventario elaborado en 1905 de la comparsa de Bartolomé Domingo. De esta manera, los gigantes y cabezudos recobraron su aspecto primitivo, gracias, entre otros, a Aurora e Isabela Garrués, que pintaron y vistieron a las figuras, de Saranueva que repuso las espadas, abanicos y cetros de los monarcas y de Osinaga que se encargó de las diademas, de las coronas y pendientes.

Momento de la entrada a la Plaza de los Fueros de Estella en el último día de las fiestas justo antes de la despedida de la comparsa.
Momento de la entrada a la Plaza de los Fueros de Estella en el último día de las fiestas justo antes de la despedida de la comparsa.

 

Sin embargo, el paso de los años hizo que la policromía de los gigantes se fuese deteriorando, y por lo tanto, fueron recibiendo diferentes capas de pintura, añadiendo matices cada vez más saturados. Las continuas intervenciones sobre los gigantes fueron alejando las expresiones de aquellos primitivos rostros.

 

Por este motivo, se han sustituido las viejas pinturas con base de poliuretano por una policromía al óleo.

 

Esperamos poder seguir viendo a estas emblemáticas figuras durante muchos años.

A la izquierda el antes; a la derecha el después.